Cuentos Clásicos

Samanta y la Aventura de la Obediencia

Lectura para 4 años

Tiempo de lectura: 7 minutos

Español

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Érase una vez una niña llamada Samanta, que vivía en una colorida casita junto a sus Padres y su Hermano menor. Samanta era alegre y curiosa, pero a veces olvidaba la importancia de la obediencia.

Un día soleado, mientras jugaba en el jardín, su Madre la llamó para que entrara a almorzar. Pero Samanta, ocupada cazando mariposas, no hizo caso. Su Hermano, más pequeño y obediente, sí entró a comer.

Por la tarde, en la escuela, la Maestra pidió a los niños recoger los juguetes. Todos obedecieron, excepto Samanta, que seguía jugando.

Más tarde, en casa, su Padre le pidió que se preparara para dormir. Pero Samanta, enfrascada en un libro, ignoró la petición. Su Hermano, en cambio, se preparó para la cama.

Al día siguiente, Samanta se levantó muy tarde y con sueño, pues se había quedado leyendo hasta muy noche. En la escuela, estaba tan cansada que apenas podía prestar atención.

Ese día, la Maestra anunció una sorpresa: ¡Una excursión al bosque! Pero había una condición: solo podían ir los niños que hubieran demostrado ser obedientes y responsables.

Samanta se dio cuenta de que su desobediencia tenía consecuencias. Se sintió muy triste, sabiendo que se perdería la excursión.

Al llegar a casa, contó a sus Padres lo sucedido. Ellos, amorosamente, le explicaron la importancia de ser obediente y las razones detrás de sus peticiones.

Esa noche, Samanta decidió cambiar. Comenzó a escuchar y a obedecer a sus Padres y Maestra. Se acostó temprano, ayudó en casa, y fue atenta en clase.

Al ver su cambio, la Maestra decidió darle otra oportunidad. ¡Samanta podría ir a la excursión!

La excursión fue maravillosa. Samanta disfrutó cada momento y agradeció haber aprendido la lección. Incluso su Vecino, que había oído hablar de su cambio, la felicitó.

Conclusión:
Samanta aprendió que ser obediente no solo era hacer lo que le pedían, sino también una manera de cuidarse a sí misma y de respetar a los demás. Desde ese día, se convirtió en un ejemplo para su Hermano y amigos.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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