El Misterio de Lenin

Lenin era un niño de once años con una imaginación desbordante. Vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas y bosques encantados. Desde muy pequeño, sus padres, el Padre y la Madre, le habían enseñado a apreciar la magia de la naturaleza y a no tener miedo de lo desconocido. Sin embargo, un día, Lenin se despertó sintiéndose extraño. No sabía qué le pasaba, pero se sentía muy tímido y nervioso.

Mientras se vestía, escuchó la voz de su madre desde la cocina. “¡Lenin, el desayuno está listo!”, le llamó. Lenin bajó las escaleras lentamente, con el corazón latiendo rápido. Al llegar a la cocina, su madre lo miró con preocupación. “¿Qué te pasa, hijo? No estés tímido y nervioso. Estamos contigo, nunca te dejaremos solo”.

Lenin intentó sonreír, pero no pudo evitar sentirse abrumado. “Gracias, madre. Es solo que… no sé qué me pasa hoy”, respondió con voz temblorosa.

El Padre, que estaba leyendo el periódico en la mesa, levantó la vista y le sonrió. “Lenin, todos tenemos días así. Lo importante es recordar que no estás solo. Nosotros siempre estaremos aquí para apoyarte y enseñarte cosas nuevas”.

Lenin se sintió un poco mejor con las palabras de su padre. Después del desayuno, decidió salir a dar un paseo por el bosque para despejar su mente. Mientras caminaba entre los árboles, comenzó a notar cosas extrañas. Los pájaros cantaban melodías que nunca había escuchado antes, y las flores parecían brillar con una luz propia.

De repente, Lenin escuchó un susurro. “Lenin, ven aquí”, decía una voz suave. Miró a su alrededor, pero no vio a nadie. “¿Quién está ahí?”, preguntó, tratando de no sonar asustado.

“Soy yo, el espíritu del bosque”, respondió la voz. “No tengas miedo. He venido a ayudarte”.

Lenin sintió una mezcla de curiosidad y temor. “¿Ayudarme? ¿Cómo?”, preguntó.

“Te he visto crecer, Lenin. Sé que eres un niño especial, con un corazón puro y una mente curiosa. Hoy, te sientes tímido y nervioso porque estás a punto de descubrir algo maravilloso. Ven, sígueme”, dijo el espíritu.

Lenin decidió confiar en la voz y siguió el sonido a través del bosque. Después de caminar un rato, llegó a un claro donde había un árbol enorme con una puerta tallada en su tronco. “Entra, Lenin. Aquí encontrarás las respuestas que buscas”, dijo el espíritu.

Con el corazón latiendo rápido, Lenin abrió la puerta y entró. Dentro del árbol, encontró una habitación llena de libros antiguos y objetos mágicos. En el centro de la habitación, había un espejo dorado que emitía una luz cálida.

“Este espejo es especial, Lenin. Te mostrará lo que necesitas ver para superar tus miedos”, explicó el espíritu.

Lenin se acercó al espejo y miró su reflejo. Al principio, solo vio su propia imagen, pero luego, el espejo comenzó a mostrar escenas de su vida. Vio momentos felices con su familia, aventuras con sus amigos y logros personales. Cada imagen le recordaba lo valiente y capaz que era.

Finalmente, el espejo mostró una imagen de Lenin enfrentando sus miedos y superándolos con la ayuda de su familia y amigos. Lenin sintió una oleada de confianza y determinación. “Gracias, espíritu del bosque. Ahora entiendo que no estoy solo y que puedo superar cualquier cosa con el apoyo de mis seres queridos”, dijo con una sonrisa.

El espíritu respondió: “Recuerda siempre esto, Lenin. La verdadera magia está en tu corazón y en las personas que te rodean”.

Lenin salió del árbol sintiéndose renovado y lleno de energía. Corrió de regreso a casa y encontró a sus padres esperándolo en la puerta. “¡Padre, Madre! ¡He tenido una experiencia increíble en el bosque!”, exclamó.

El Padre y la Madre lo abrazaron con cariño. “Nos alegra verte tan feliz, Lenin. Siempre estaremos aquí para ti, no importa lo que pase”, dijo el Padre.

Lenin sonrió y sintió que su corazón se llenaba de gratitud. “Gracias por apoyarme y enseñarme cosas que nunca he conocido. Con ustedes a mi lado, sé que puedo enfrentar cualquier cosa”, dijo con determinación.

Y así, Lenin aprendió que, aunque a veces se sintiera tímido y nervioso, siempre podría contar con el amor y el apoyo de su familia para superar cualquier desafío. La magia del bosque le había mostrado que la verdadera fuerza estaba en su corazón y en las personas que lo amaban.

Fin