Cuentos de Fantasía

La Familia Que Soñó Dos Veces

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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Érase una vez en un pequeño pueblo, dos personas profundamente enamoradas: Papá Demián y Papá Jasper. Su amor había crecido a lo largo de los años como las ramas de un robusto árbol, siempre fortaleciéndose, siempre entrelazándose. Juntos, soñaban con formar una familia, con llenar su hogar de risas y pasos pequeños, de cuentos antes de dormir y mañanas de abrazos cálidos. Ese sueño era tan grande y tan bello, que ambos estaban decididos a hacerlo realidad.

Durante meses, trabajaron duro para alcanzar ese objetivo. Papá Demián era el más pragmático de los dos, siempre buscando soluciones y maneras de mejorar sus vidas. Mientras tanto, Papá Jasper, con su sonrisa cálida y su inquebrantable optimismo, se encargaba de mantener encendida la llama de la esperanza. Ambos sabían que lo que estaban buscando no era fácil, pero su amor por el otro lo hacía todo posible.

Después de largas noches de conversaciones, de hacer planes, y de imaginar cómo sería su futuro con un hijo, llegó el día en el que sus esfuerzos fueron recompensados. Un frío día de invierno, Papá Jasper sintió algo diferente en su cuerpo, algo que lo hizo pensar que quizás, solo quizás, aquel sueño tan preciado se había vuelto realidad. No pasó mucho tiempo antes de que la noticia se confirmara: Papá Jasper estaba embarazado. Habían logrado crear una vida nueva, y esa vida crecía lentamente en el vientre de Jasper.

La emoción en la familia era palpable. Cada día que pasaba, el embarazo avanzaba con calma y amor. Demián, quien siempre había sido protector, se esmeraba por cuidar de Jasper, asegurándose de que no le faltara nada, ni física ni emocionalmente. Mientras tanto, Jasper disfrutaba cada pequeña señal de vida que sentía en su vientre, imaginando cómo sería ese bebé que tanto habían soñado.

Finalmente, llegó el día en que supieron que el momento más esperado estaba cerca: iban a descubrir el sexo de su bebé. Ambos estaban llenos de nervios y emoción. Se sentaron en la sala de la clínica, tomados de la mano, mientras esperaban ansiosamente que el doctor les diera la noticia.

—¿Están listos para saber el sexo de su bebé? —preguntó el doctor con una sonrisa en el rostro, mientras la pantalla del ultrasonido parpadeaba frente a ellos.

Jasper apretó con fuerza la mano de Demián, y ambos asintieron. El doctor hizo una pausa, observando la imagen en la pantalla con detenimiento.

—Denle la bienvenida a Jake Harbor, su precioso bebé varón —anunció finalmente.

Demián y Jasper se miraron, las lágrimas llenando sus ojos. Era un momento que jamás olvidarían. Jake, su hermoso hijo, estaba en camino, y su mundo ya se sentía más completo. Sin embargo, el destino aún tenía más sorpresas guardadas para ellos.

Justo cuando estaban asimilando la noticia, el doctor continuó observando la pantalla, con una ligera sonrisa.

—Esperen… —dijo, y se giró hacia ellos nuevamente—. Aún no hemos terminado.

La mirada de sorpresa en los rostros de Demián y Jasper fue inmediata. ¿Qué quería decir con que no habían terminado? El doctor señaló la pantalla nuevamente, donde una segunda pequeña figura apareció con claridad.

—Parece que Jake no vendrá solo. También deben darle la bienvenida a Halston Janieel, su segundo bebé varón.

Demián soltó una risa de incredulidad y asombro, mientras Jasper lo miraba sin poder creer lo que oía. Dos bebés. ¡Iban a ser padres de gemelos! En lugar de una sola vida nueva, habían creado dos.

La noticia de que serían una familia de cuatro en lugar de tres llenó de alegría y sorpresa sus corazones. Demián, quien había estado tan emocionado por la llegada de Jake, ahora sentía que su amor se duplicaba con la noticia de Halston. Jasper, por su parte, estaba completamente abrumado por la felicidad. Todo lo que habían soñado estaba ocurriendo, pero de una manera aún más grandiosa de lo que habían imaginado.

El embarazo continuó, y el amor que ambos sentían por sus hijos creció cada día. Prepararon con esmero el hogar, llenándolo de cunitas, ropita y pequeños juguetes. Los dos pasaban las noches hablando sobre cómo sería tener a Jake y Halston en sus brazos, cómo serían sus personalidades, qué les gustaba y cómo harían todo lo posible para darles el mejor futuro posible.

Finalmente, el día llegó. En una luminosa mañana de primavera, Jasper dio a luz a dos hermosos y sanos bebés. Jake y Halston, sus dos pequeños milagros, llenaron la habitación de vida con sus llantos suaves y su presencia delicada. Demián y Jasper los miraron con lágrimas en los ojos, sabiendo que todo el trabajo, todo el esfuerzo, y todo el amor que habían puesto en crear su familia había dado fruto de la manera más maravillosa posible.

Jake, el mayor de los dos, era tranquilo y observador. Desde el primer momento, parecía analizar todo a su alrededor, como si estuviera tratando de comprender el mundo en el que acababa de llegar. Halston, por otro lado, era más inquieto, siempre moviéndose y expresando su curiosidad con pequeños sonidos y movimientos. Aunque eran distintos, ambos compartían algo en común: el inmenso amor que Demián y Jasper sentían por ellos.

A partir de ese día, la vida de la familia Hendrix Dumont cambió para siempre. Su hogar estaba lleno de risas, de sueños compartidos, y sobre todo, de amor. Papá Demián y Papá Jasper sabían que aún tenían mucho por aprender en su nueva aventura como padres, pero lo harían juntos, siempre apoyándose y siempre recordando que el amor había sido la clave para crear su hermosa familia de cuatro.

Fin.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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