Cuentos de Humor

La Gran Aventura de Oso y Ardilla

Lectura para 6 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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Era un hermoso día en el bosque, lleno de sol y de risas. Oso, un gran y amistoso oso con un pelaje suave y marrón, estaba disfrutando de un delicioso frasco de miel que había encontrado. “¡Mmm, qué rica está esta miel!” dijo Oso, lamiéndose los dedos. Pero no sabía que su amiga Ardilla estaba observando desde una rama cercana.

Ardilla, una pequeña y traviesa criatura de cola esponjosa y ojos brillantes, había olfateado el dulce aroma de la miel y decidió que tenía que probar un poco. “¡Hola, Oso! ¡Eso se ve delicioso! ¿Puedo tener un poco?” preguntó Ardilla con una gran sonrisa.

Oso la miró y sonrió de vuelta. “¡Claro, Ardilla! Pero primero, ¿puedes ayudarme a abrir este frasco? Está muy apretado,” dijo Oso, tratando de abrir el frasco con sus patas. Pero el frasco no se movía.

Ardilla se acercó con curiosidad. “Déjame intentarlo,” dijo mientras subía al frasco y le daba un pequeño empujón. “¡Uno, dos, tres! ¡A la de tres, lo abrimos!” gritó. “¡Uno! ¡Dos! ¡Tres!” Y con un gran esfuerzo, el frasco se abrió de golpe, y la miel salió disparada.

“¡Oh no! ¡Miel por todas partes!” gritó Oso, tratando de atrapar el frasco que rodaba. Pero en lugar de eso, Oso terminó cubierto de miel, y Ardilla comenzó a reírse. “¡Pareces un oso de miel! ¡Ja, ja, ja!” decía mientras se retorcía de risa.

Oso no pudo evitar reírse también, aunque estaba pegajoso. “¡Ay, qué desorden! Pero al menos todavía tengo un poco de miel en el frasco,” dijo mientras intentaba limpiarse un poco. “¿Quieres probarlo ahora?” preguntó, con la cara llena de miel.

Ardilla, viendo lo divertido que era Oso, decidió que quería unirse a la diversión. “¡Sí! ¡Quiero probar esa miel!” exclamó. Oso le pasó el frasco y, mientras Ardilla se acercaba, accidentalmente tiró el frasco al suelo. ¡El frasco se rompió y la miel se derramó por todas partes!

“¡Oh no! ¡La miel!” gritaron al unísono. Ardilla miró a Oso con ojos muy grandes. “¿Qué vamos a hacer ahora?” preguntó. Oso se rascó la cabeza y, con una gran sonrisa, dijo: “¡Hagamos algo divertido! ¡Vamos a hacer una fiesta de miel!”

Ardilla se iluminó. “¡Eso es una gran idea! Invitemos a todos los animales del bosque.” Oso y Ardilla comenzaron a correr, llenando su camino de risas y alegría. Mientras corrían, se encontraron con Conejo, que estaba comiendo zanahorias.

“¡Hola, Conejo! ¡Ven a nuestra fiesta de miel!” gritó Oso. Conejo miró con sorpresa. “¿Miel? ¡Sí, claro! ¡Me encanta la miel!” Y así, Conejo se unió a la fiesta.

Luego, encontraron a Pájaro, que cantaba en una rama. “¡Pájaro, ven con nosotros! ¡Estamos organizando una fiesta de miel!” llamó Ardilla. Pájaro aleteó y se unió al grupo. “¡Esto va a ser divertido!” dijo mientras volaba junto a ellos.

El grupo continuó recogiendo más amigos del bosque. Invitaron a todos: a la tortuga, a la ardilla dorada, e incluso al zorro. “¡Todos están invitados a la fiesta de miel de Oso y Ardilla!” gritó Conejo emocionado.

Finalmente, todos se reunieron en un claro del bosque, y Oso, aún un poco pegajoso, se puso al frente. “¡Bienvenidos, amigos! ¡Hoy celebraremos con mucha miel y diversión!” exclamó.

Ardilla había traído un montón de nueces y frutas, así que Oso y ella comenzaron a repartir. “Aquí tienen miel, nueces y frutas para todos,” dijo Oso, mientras todos se reunían alrededor. “¡Y hay suficiente para todos!” añadió Ardilla, haciendo que todos se sintieran bienvenidos.

La fiesta comenzó a llenarse de risas y alegría. Conejo empezó a bailar, y todos lo siguieron. “¡Salta, salta, salta!” gritaban mientras Oso intentaba imitar sus movimientos, pero solo lograba tambalearse y caer en la miel. Todos rieron a carcajadas.

Pájaro cantó una canción alegre, y todos se unieron a su melodía, creando una hermosa armonía en el bosque. Cada uno compartía historias divertidas sobre sus días, haciendo que el ambiente fuera aún más alegre. La tortuga, aunque un poco lenta, contaba chistes que hacían reír a todos.

Mientras la fiesta continuaba, Ardilla se dio cuenta de que Oso estaba un poco triste. “Oso, ¿por qué no sonríes tanto como antes?” preguntó. Oso, aún con un poco de miel en la cara, respondió: “Es que he hecho un gran desastre con la miel, y pensé que no debería ser así.”

“Pero Oso, mira cuántos amigos has reunido aquí. Todos estamos disfrutando de la fiesta gracias a ti,” dijo Ardilla, sonriendo. “No importa si hay un poco de desorden, lo que importa es la diversión que estamos teniendo juntos.”

Oso miró a su alrededor y vio a todos sus amigos riendo y disfrutando. “¡Tienes razón, Ardilla! ¡La diversión es lo más importante!” dijo, sintiéndose mejor. Así que, con una gran sonrisa, comenzó a bailar y a saltar con los demás.

Cuando el sol comenzó a ponerse, el bosque se llenó de luces doradas. La fiesta siguió adelante, y Oso y Ardilla se sintieron felices de haber compartido un día tan divertido con sus amigos. La miel, el baile y las risas llenaron el aire, y todos sabían que esa fiesta sería recordada por mucho tiempo.

Finalmente, cuando la fiesta llegó a su fin, Oso se dirigió a sus amigos. “Gracias a todos por venir. Fue un gran día. ¡Espero que podamos repetirlo pronto!” exclamó con entusiasmo. Todos aplaudieron y acordaron que habría más fiestas en el futuro.

Esa noche, cuando Oso y Ardilla regresaron a casa, ambos se sintieron cansados pero felices. “Hoy fue una gran aventura,” dijo Oso, mientras se recostaba en su cama. “Sí, y aprendí que incluso los errores pueden convertirse en momentos divertidos,” respondió Ardilla.

Y así, en el bosque lleno de risas, Oso y Ardilla supieron que lo más importante era disfrutar de cada momento con sus amigos. Y aunque un poco de miel se había derramado, habían creado recuerdos que durarían para siempre.

Fin

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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