Había una vez, en una casita acogedora cerca del bosque, cuatro niños que cada noche vivían una aventura diferente antes de dormir. Ellos eran Daniela, Mafe, Ronal y Stefany. Eran grandes amigos y siempre pasaban tiempo juntos, ya fuera jugando en el parque, explorando el bosque cercano o inventando historias fantásticas. Pero cuando llegaba la hora de dormir, todos sabían que había algo especial por descubrir: la magia del sueño.
Cada noche, antes de irse a la cama, se reunían en la habitación de Daniela, que siempre estaba iluminada por una suave luz en forma de luna. Las paredes de la habitación estaban decoradas con nubes y estrellas, lo que hacía que el lugar se sintiera como un pequeño cielo nocturno. Esa noche en particular, mientras se preparaban para descansar, Daniela les contó a sus amigos algo que su mamá le había dicho.
—Mi mamá dice que el sueño es muy importante —dijo Daniela mientras abrazaba su osito de peluche—. ¡Es cuando nuestro cuerpo descansa y nuestra mente puede soñar!
Mafe, que ya estaba sentada en la cama, bostezó y estiró los brazos.
—A veces me cuesta dormirme —admitió Mafe—, pero me gusta soñar. Siempre tengo sueños donde estoy volando o nadando en un mar de estrellas.
Ronal, quien en ese momento estaba cepillándose los dientes, se acercó y dijo:
—¡Yo también he tenido sueños increíbles! Una vez soñé que era un astronauta y viajaba por el espacio. Pero a veces me despierto en medio de la noche y no sé cómo volver a dormir.
Stefany, que siempre llevaba consigo una almohada suave y esponjosa, los miró con sus grandes ojos curiosos.
—A mí me gusta dormir —dijo con una sonrisa—. Pero a veces no entiendo por qué es tan importante. Solo sé que cuando me despierto después de una buena noche de sueño, me siento muy bien.
Daniela sonrió. Su mamá le había explicado muchas cosas sobre el sueño y quería compartirlas con sus amigos.
—El sueño no solo es importante para sentirnos descansados —les explicó—. También es cuando nuestro cuerpo crece, nuestras heridas sanan y nuestro cerebro se organiza. ¡Es como si cada noche nos preparáramos para ser más fuertes y más sabios al día siguiente!
Los ojos de Mafe, Ronal y Stefany se abrieron con asombro.
—¿De verdad? —preguntó Mafe—. No sabía que el sueño era tan poderoso.
—Sí —respondió Daniela, asintiendo con la cabeza—. Mi mamá dice que es como si nuestro cuerpo fuera una batería, y cuando dormimos, es cuando se recarga.
Ronal se rascó la cabeza, pensativo.
—Pero… ¿qué pasa si no dormimos bien? —preguntó—. A veces me quedo jugando con mi tablet hasta tarde y me cuesta mucho dormirme después.
Daniela recordó lo que su mamá le había dicho sobre eso.
—Si no dormimos bien, podemos sentirnos cansados, de mal humor, y nos cuesta concentrarnos en la escuela. ¡Por eso es importante tener una rutina antes de dormir!
—¿Una rutina? —preguntó Stefany, abrazando su almohada con más fuerza—. ¿Qué es eso?
Daniela les explicó con una gran sonrisa:
—Una rutina es algo que haces todas las noches antes de irte a dormir. Por ejemplo, cepillarte los dientes, ponerte el pijama, leer un cuento o escuchar música tranquila. Cuando haces esas cosas, tu cuerpo sabe que es hora de dormir y te relajas más rápido.
Mafe, que siempre tenía mucha energía, frunció el ceño.
—Pero yo a veces no quiero dormir porque estoy muy emocionada con todo lo que hicimos durante el día —dijo—. ¿Cómo me puedo calmar?
Daniela se rió suavemente.
—Bueno, a mí me pasa lo mismo —confesó—. Pero mi mamá me enseñó una técnica. Se llama la respiración mágica. Consiste en respirar profundamente, contando hasta cuatro, y luego soltar el aire despacito contando hasta seis. Eso ayuda a que tu cuerpo se relaje, y pronto te da sueño.
Ronal, siempre curioso, quiso probarlo de inmediato.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.