Cuentos para Dormir

La noche mágica de Raúl

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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Raúl estaba acostado en su cama, mirando el techo de su habitación con una mezcla de emoción y cansancio. Había sido un día largo y lleno de emociones, pero lo que más esperaba era el momento de la noche en que sus abuelos, Luis y Petra, se sentaban a su lado para contarle una historia antes de dormir.

—Buenas noches, Raúl —dijo Luis con una sonrisa mientras se sentaba en una silla junto a la cama—. ¿Listo para la historia de hoy?

—¡Sí, abuelo! —respondió Raúl, acomodándose bajo las sábanas.

Petra se sentó al otro lado de la cama y acarició el cabello de Raúl con ternura.

—Hoy es un día especial —dijo Petra—. Es nuestro aniversario y queremos compartir contigo una historia muy especial sobre el valor del amor y la familia.

Raúl miró a sus abuelos con curiosidad, siempre ansioso por escuchar sus historias. Luis comenzó a hablar con su voz suave y calmada.

—Hace muchos años, en un pequeño pueblo rodeado de montañas y bosques, vivía un joven llamado Tomás. Tomás era conocido por su valentía y bondad. Siempre estaba dispuesto a ayudar a sus vecinos y a cuidar de los animales del bosque. Sin embargo, había algo que hacía a Tomás diferente de los demás: nunca había conocido el amor verdadero.

Raúl cerró los ojos, imaginando a Tomás y su pequeño pueblo. Petra continuó la historia.

—Un día, mientras Tomás caminaba por el bosque, escuchó un débil llanto. Siguiendo el sonido, encontró a una joven llamada Clara, que estaba atrapada en una trampa para animales. Sin dudarlo, Tomás la liberó y la llevó a su casa para curar sus heridas. Con el tiempo, Tomás y Clara se hicieron grandes amigos y, eventualmente, se enamoraron profundamente.

Luis sonrió y añadió:

—Pero el amor verdadero no siempre es fácil. Un día, Clara enfermó gravemente y Tomás, desesperado por encontrar una cura, decidió emprender un viaje a las montañas, donde se decía que vivía un sabio que podía curar cualquier enfermedad. Tomás viajó día y noche, enfrentando muchos peligros, pero su amor por Clara le dio la fuerza necesaria para continuar.

Raúl abrió los ojos, fascinado por la valentía de Tomás. Petra retomó la historia con una voz llena de emoción.

—Finalmente, Tomás encontró al sabio, quien le dijo que la única cura para Clara era una flor muy rara que crecía en la cima de la montaña más alta. Sin dudarlo, Tomás escaló la montaña, enfrentando el frío y el viento, hasta que finalmente encontró la flor. La llevó de regreso a Clara, y ella se recuperó completamente. Desde entonces, vivieron felices, sabiendo que el amor verdadero puede superar cualquier obstáculo.

Raúl sonrió, sintiéndose reconfortado por la historia. Luis y Petra se miraron con amor, sabiendo que su propio amor había superado muchas pruebas a lo largo de los años.

—Raúl, queremos que siempre recuerdes que el amor y la familia son lo más importante en la vida —dijo Luis suavemente—. No importa cuán difíciles sean los tiempos, siempre podemos encontrar la fuerza en el amor que compartimos.

Petra asintió y añadió:

—Y queremos que sepas que siempre estaremos aquí para ti, sin importar lo que pase. Nuestro amor por ti es inmenso, y siempre puedes contar con nosotros.

Raúl sintió una cálida sensación de amor y seguridad mientras sus abuelos lo abrazaban. Sabía que, con ellos a su lado, siempre estaría protegido y amado.

—Gracias, abuelos —murmuró Raúl, sintiendo que sus párpados se volvían pesados—. Los quiero mucho.

Luis y Petra besaron a Raúl en la frente y lo arroparon con cuidado.

—Nosotros también te queremos, Raúl —dijo Luis—. Ahora, es hora de dormir y soñar con aventuras maravillosas.

Petra apagó la luz y, con una última mirada amorosa a su nieto, se dirigieron hacia la puerta.

—Buenas noches, Raúl —dijo Petra suavemente—. Que tengas dulces sueños.

Raúl cerró los ojos, dejando que las palabras de sus abuelos lo envolvieran como una manta cálida. Pronto, se quedó dormido, soñando con montañas, bosques y el poder del amor verdadero.

Y así, en la tranquilidad de la noche, Raúl encontró la paz y el consuelo en las historias de sus abuelos, sabiendo que el amor de su familia siempre sería su mayor tesoro.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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