En un pequeño pueblo rodeado de colinas y vastos campos de maíz, se levantaba una antigua hacienda que había permanecido abandonada durante décadas. Los rumores sobre su pasado y los misterios que guardaba eran el tema favorito de los habitantes del lugar, especialmente de un grupo de cinco amigos: Juan, Karina, Jose, Cintya y Jorge.
Los cinco amigos, movidos por la curiosidad y el espíritu de aventura, decidieron explorar la hacienda una tarde de otoño. Se equiparon con linternas, mapas dibujados en viejas hojas de papel y una cámara para documentar su aventura. A medida que se acercaban, el sol comenzaba a ocultarse detrás de las colinas, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y morados.
La entrada principal estaba cubierta de enredaderas y la puerta chirrió ominosamente al ser empujada. Una vez dentro, encendieron sus linternas, revelando un amplio vestíbulo lleno de polvo y telarañas. Los muebles antiguos y los retratos en las paredes parecían observarlos desde la penumbra.
Decidieron dividirse para explorar más terreno. Juan y Cintya se dirigieron hacia lo que parecía ser la biblioteca, Jose y Jorge optaron por investigar la cocina y sus alrededores, mientras que Karina, la más valiente del grupo, decidió adentrarse sola en el segundo piso.
En la biblioteca, Juan y Cintya descubrieron un diario antiguo escondido entre los libros. Al abrirlo, una vieja fotografía cayó al suelo, mostrando a una familia que, según la inscripción detrás, eran los últimos habitantes de la hacienda. Mientras pasaban las páginas, una anotación llamó su atención: hablaba de un tesoro escondido en algún lugar de la hacienda, protegido por el espíritu de sus antiguos dueños.
Mientras tanto, en la cocina, Jose y Jorge encontraron una serie de utensilios extrañamente dispuestos en el centro de la mesa, como si alguien hubiera intentado preparar una cena después de tantos años. Lo más inquietante fue el descubrimiento de huellas recientes en el polvo del suelo, que se adentraban en el sótano, pero no había rastro de ellas saliendo.
Karina, en el segundo piso, sintió una presencia que la seguía. Cada habitación que exploraba estaba meticulosamente ordenada, como si alguien aún viviera allí. Al final del pasillo, encontró una puerta cerrada con llave. La curiosidad la impulsó a buscar la llave, que finalmente encontró en una de las habitaciones. Al abrir la puerta, descubrió un estudio lleno de pinturas y bocetos de la hacienda, algunos mostraban lugares que no habían explorado, sugiriendo la existencia de pasadizos secretos.
Cuando se reunieron para compartir sus hallazgos, un ruido sordo proveniente del sótano captó su atención. Bajaron con cautela, las linternas revelando un camino de huellas que los llevó a una pared falsa. Detrás de ella, descubrieron una habitación oculta con un cofre en el centro. Al abrirlo, encontraron no solo joyas y monedas antiguas, sino también documentos que revelaban la verdadera historia de la hacienda y sus antiguos dueños, quienes habían sido protectores de valiosos secretos durante generaciones.
Al salir de la hacienda, prometieron guardar el secreto del tesoro y la verdadera historia de la hacienda. A medida que se alejaban, la luz de la luna iluminaba la fachada, y por un momento, les pareció ver una figura en la ventana, observándolos partir. Sintieron una mezcla de miedo y emoción, conscientes de que acababan de vivir una aventura que jamás olvidarían.
Esta historia es un viaje de misterio y amistad que lleva a los jóvenes aventureros a descubrir los secretos ocultos de la hacienda, aprendiendo sobre el valor del coraje, la curiosidad y la importancia de preservar la historia.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.