Cuentos de Valores

El gran sueño de Lucas con el Real Madrid

Lectura para 6 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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Lucas era un niño de cinco años con una gran pasión: el fútbol. Desde que podía recordar, le encantaba correr tras el balón en el parque, soñando con ser como los grandes jugadores que veía en la televisión. Y si había algo que le gustaba más que jugar al fútbol, era ver los partidos del Real Madrid con su papá, Pepe.

Pepe también era un gran fanático del fútbol y, al igual que Lucas, amaba al Real Madrid. Siempre que había un partido importante, padre e hijo se sentaban en el sofá de la sala, vestidos con las camisetas blancas de su equipo favorito. Juntos, celebraban los goles, sufrían las derrotas y disfrutaban cada jugada con una emoción desbordante. Para Lucas, esos momentos con su papá eran los más especiales.

Un día, mientras veían un emocionante partido en el que jugaban Mbappé, Vinicius y Modric, Lucas comenzó a soñar en voz alta.

—Papá, ¿te imaginas si pudiéramos ir a ver un partido del Real Madrid fuera de España? ¡Sería increíble! —exclamó Lucas, con los ojos brillando de emoción.

Pepe sonrió, entendiendo perfectamente el entusiasmo de su hijo.

—Sería un sueño, hijo —respondió—. Imagínate ver a nuestros jugadores favoritos enfrentarse al Manchester City en su estadio. Sería un partido muy difícil, pero nuestro equipo siempre da lo mejor de sí, incluso lejos de casa.

Lucas asintió con la cabeza, imaginando cómo sería estar en un estadio lleno de gente, animando a su equipo junto a su papá. Podía sentir la emoción en su pecho solo de pensarlo.

—Sé que los jugadores también lo pasan mal cuando están lejos de sus familias —dijo Lucas, pensativo—. Debe ser difícil estar tanto tiempo viajando, sin poder ver a sus seres queridos.

Pepe lo miró con cariño, sorprendido por la empatía de su hijo.

—Tienes razón, Lucas —dijo—. Pero, aunque estén lejos de casa, saben que tienen a sus compañeros, que son como una gran familia para ellos. Y además, antes de cada partido, hacen videollamadas con sus familias para sentir su apoyo, así se llenan de energía y salen al campo con más fuerza.

Lucas se quedó pensando en eso. Le gustaba la idea de que, aunque los jugadores estuvieran lejos de casa, no estaban solos. Siempre tenían el apoyo de sus familias y de sus compañeros.

—¿Tú crees que alguna vez podremos ir a un partido así, papá? —preguntó Lucas, con una mezcla de esperanza y emoción.

—Tal vez algún día, hijo —respondió Pepe—. Si trabajamos duro y ahorramos, podríamos hacer ese sueño realidad.

Esa noche, Lucas se fue a la cama soñando con el gran día en que él y su papá viajarían a ver un partido del Real Madrid en el extranjero. Imaginaba a los jugadores entrando al estadio, sintiendo la emoción de los aficionados, y él y su papá en las gradas, gritando y animando a su equipo con todo su corazón.

Los días pasaron, y aunque el sueño de Lucas seguía en su mente, no dejaba de disfrutar de cada partido que veía en casa con Pepe. Juntos, seguían de cerca cada paso de su equipo, celebrando los goles y apoyando a los jugadores en los momentos difíciles.

Un día, mientras Lucas jugaba con su balón en el parque, Pepe se acercó con una gran sonrisa en el rostro.

—Lucas, tengo una sorpresa para ti —dijo Pepe, con los ojos llenos de emoción.

Lucas dejó de jugar y corrió hacia su papá, con curiosidad.

—¿Qué sorpresa, papá? —preguntó, emocionado.

Pepe sacó de su bolsillo dos entradas para un partido del Real Madrid contra el Manchester City.

—¡Vamos a ver al Real Madrid jugar en Inglaterra! —exclamó Pepe.

Los ojos de Lucas se abrieron de par en par. ¡No podía creerlo! ¡Su sueño se estaba haciendo realidad!

—¿De verdad, papá? ¡Vamos a ir a ver a Mbappé, Vinicius y Modric jugar en el extranjero! —gritó Lucas, saltando de alegría.

—Así es, hijo —dijo Pepe, abrazando a Lucas—. Ha llegado el momento de hacer realidad nuestro sueño.

Los días previos al partido fueron de pura emoción para Lucas. Preparó su camiseta del Real Madrid, su bufanda y su bandera. No podía esperar para estar en el estadio y ver a sus ídolos en persona.

Finalmente, el gran día llegó. Lucas y Pepe viajaron a Inglaterra y, al llegar al estadio, Lucas no podía creer lo que veían sus ojos. Era enorme, lleno de gente de diferentes países, todos emocionados por ver el partido.

Lucas y Pepe se sentaron en sus asientos, y cuando los jugadores salieron al campo, Lucas sintió una emoción indescriptible. Ahí estaban Mbappé, Vinicius y Modric, junto con el resto del equipo, listos para enfrentarse al Manchester City.

El partido fue emocionante de principio a fin. El Real Madrid jugó con todo su corazón, y aunque el Manchester City era un equipo muy fuerte, los jugadores del Real Madrid demostraron su unión y esfuerzo, tal como había dicho Pepe. Al final, el partido terminó en empate, pero para Lucas, el resultado no importaba. Había vivido una experiencia que nunca olvidaría.

Cuando el partido terminó, Lucas y Pepe regresaron al hotel, agotados pero felices. Mientras se preparaban para dormir, Lucas miró a su papá y sonrió.

—Gracias, papá. Este ha sido el mejor día de mi vida —dijo Lucas.

Pepe sonrió y le dio un abrazo.

—Lo hemos vivido juntos, hijo, y eso es lo más importante —respondió.

Esa noche, mientras Lucas dormía, soñó con más partidos, con más momentos compartidos con su papá, y con todos los valores que el fútbol les enseñaba: el trabajo en equipo, la amistad, la perseverancia y, sobre todo, el amor por los que estaban siempre a su lado.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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