Cuentos de Valores

La Gran Lección de Amistad

Lectura para 6 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

Puntuación:

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Había una vez en una pequeña escuela, cuatro grandes amigos llamados Luis, Noe, Fernanda y Brenda. Cada uno de ellos tenía algo especial que aportar al grupo y juntos formaban un equipo increíble. Luis era siempre muy amable y generoso, Noe era muy valiente y siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás, Fernanda era muy creativa y siempre tenía ideas divertidas para jugar, y Brenda era muy inteligente y siempre sabía cómo resolver problemas.

Un día soleado, los amigos se reunieron en el patio de la escuela durante el recreo. Estaban muy emocionados porque la mamá de Luis les había enviado una bolsa llena de nueces frescas y deliciosas. «Miren lo que nos trajo mi mamá,» dijo Luis mientras sacaba la bolsa de su mochila. «Vamos a compartirlas todos juntos.»

Los cuatro amigos se sentaron bajo un árbol y comenzaron a repartir las nueces. Mientras las comían, empezaron a hablar de los libros que habían traído de la biblioteca el día anterior. «Traje un libro sobre aventuras en la selva,» dijo Noe. «Es muy emocionante, hay animales salvajes y muchos misterios.»

«Yo traje un libro de cuentos de hadas,» comentó Fernanda. «Las historias son muy bonitas y tienen ilustraciones preciosas.»

Brenda mostró su libro con entusiasmo. «Este es sobre inventos científicos. Es increíble todo lo que se puede hacer con un poco de imaginación y conocimientos.»

Luis también mostró su libro, que era sobre grandes héroes de la historia. «Este libro tiene historias de personas valientes que hicieron cosas maravillosas para ayudar a los demás.»

Mientras disfrutaban de las nueces y hablaban de sus libros, escucharon a otros niños jugando y cantando en el patio. Los cuatro amigos decidieron unirse a la diversión y se levantaron para jugar. Empezaron con un juego de carreras, luego jugaron a las escondidas y finalmente decidieron hacer un círculo y cantar canciones juntos.

Todo iba bien hasta que uno de los niños, Pedro, tropezó y cayó al suelo. Pedro era un niño nuevo en la escuela y no tenía muchos amigos. Al verlo en el suelo, algunos niños empezaron a reírse, pero Luis, Noe, Fernanda y Brenda corrieron hacia él para ayudarlo.

«¿Estás bien?» preguntó Noe, ayudando a Pedro a levantarse.

«Sí, solo me raspé la rodilla,» respondió Pedro con un poco de vergüenza.

«No te preocupes,» dijo Brenda. «Tenemos un botiquín en el salón de clases. Vamos a limpiarte la herida.»

Luis, Noe, Fernanda y Brenda acompañaron a Pedro hasta el salón de clases. Allí, Brenda sacó el botiquín y con mucho cuidado limpió la herida de Pedro y le puso una tirita. «Listo, ahora estás como nuevo,» dijo con una sonrisa.

Pedro estaba muy agradecido. «Gracias por ayudarme,» dijo. «No tengo muchos amigos aquí y ustedes han sido muy amables conmigo.»

«Siempre estamos aquí para ayudar,» dijo Fernanda. «Todos necesitamos amigos y estamos felices de que seas parte de nuestro grupo.»

Los amigos regresaron al patio con Pedro y lo invitaron a jugar con ellos. Pronto, Pedro se dio cuenta de lo divertidos y amigables que eran Luis, Noe, Fernanda y Brenda. Empezaron a jugar un juego nuevo que Fernanda inventó, donde todos tenían que trabajar juntos para resolver pistas y encontrar un tesoro escondido.

Mientras jugaban, los demás niños del patio también se unieron. Al final del día, todos se habían convertido en amigos y habían aprendido una valiosa lección sobre la importancia de la amabilidad y la amistad.

Cuando el timbre de la escuela sonó anunciando el final del recreo, todos se despidieron con grandes sonrisas. «Hoy ha sido un gran día,» dijo Luis mientras guardaba la bolsa vacía de nueces en su mochila.

«Sí,» coincidió Noe. «Hemos hecho un nuevo amigo y nos hemos divertido mucho.»

Fernanda asintió. «La amistad es lo más importante. Siempre debemos estar dispuestos a ayudar a los demás y a ser amables.»

Brenda sonrió. «Y nunca debemos olvidar compartir lo que tenemos, ya sean nueces, libros o nuestro tiempo.»

Pedro los miró con gratitud. «Gracias por ser mis amigos. Nunca olvidaré lo que han hecho por mí hoy.»

Con esa promesa, los amigos se dirigieron a sus aulas, sabiendo que siempre estarían allí el uno para el otro. Habían aprendido que la verdadera amistad se basa en la bondad, el respeto y la disposición a ayudar a los demás, sin importar las circunstancias.

Colorín colorado, este cuento de valores y amistad ha terminado.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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