La Despedida de la Teacher Dubby

Había una vez, en un pequeño y colorido preschool, una maestra muy especial llamada Teacher Dubby. Tenía el cabello corto y castaño y una sonrisa cálida que iluminaba la sala de clases. Teacher Dubby adoraba a sus alumnos y siempre estaba orgullosa de ellos. En su clase había cuatro niños muy especiales: Rose, Ale, Lucas y Stefano.

Rose era una niña muy inteligente y analítica. Le encantaba jugar con muñecas y fingir que era una mamá embarazada. Tenía la piel morena y el cabello negro, y siempre estaba pensando en cosas nuevas y divertidas para hacer. Ale, un niño encantador y competitivo, tenía una sonrisa brillante y el cabello castaño claro. Era fanático de los dinosaurios y siempre estaba inventando juegos de aventuras con sus figuras de T-Rex y Triceratops.

Lucas, con su cabello rubio y su amor por los carros y la astronomía, siempre estaba lleno de curiosidad. Le fascinaba el color rojo y pasaba horas jugando con sus carritos y soñando con viajar al espacio. Stefano, un niño muy inteligente y obsesionado con los trenes bala, tenía el cabello castaño oscuro. Pasaba mucho tiempo construyendo vías de trenes y haciendo que sus trenes corrieran a toda velocidad por la sala de clases.

Teacher Dubby amaba a cada uno de sus alumnos y estaba muy orgullosa de sus logros. Sin embargo, se acercaba el día de la graduación y ella sabía que pronto sus pequeños alumnos se irían a una nueva escuela. Aunque estaba muy feliz por ellos, también sentía tristeza porque los extrañaría mucho. Quería hacer algo especial para que siempre recordaran cuánto los quería y lo orgullosa que estaba de ellos.

Una tarde, mientras los niños jugaban, Teacher Dubby tuvo una idea. Decidió escribirles un cuento para que siempre supieran cuánto significaban para ella. Esa noche, se sentó en su escritorio y comenzó a escribir.

Al día siguiente, Teacher Dubby reunió a los niños en un círculo y les dijo que tenía una sorpresa para ellos.

—Hoy quiero leerles un cuento muy especial —dijo, sonriendo mientras sostenía el libro que había escrito.

Los niños se sentaron ansiosos y Teacher Dubby comenzó a leer:

—»Había una vez, en un pequeño y colorido preschool, una maestra llamada Teacher Dubby. Ella tenía cuatro alumnos muy especiales: Rose, Ale, Lucas y Stefano. Teacher Dubby amaba a cada uno de ellos y estaba muy orgullosa de sus logros.

Rose era una niña muy lista que amaba jugar con muñecas y fingir que era una mamá. Siempre estaba pensando en cosas nuevas y divertidas para hacer. Ale era un niño encantador que amaba los dinosaurios y siempre estaba inventando juegos de aventuras. Lucas, con su amor por los carros y la astronomía, siempre estaba lleno de curiosidad y sueños de viajar al espacio. Stefano, con su obsesión por los trenes bala, pasaba mucho tiempo construyendo vías de trenes y haciendo que sus trenes corrieran a toda velocidad.

Teacher Dubby sabía que pronto sus alumnos se graduarían y se irían a una nueva escuela. Aunque estaba feliz por ellos, también sabía que los extrañaría mucho. Así que decidió hacer algo especial para que siempre recordaran cuánto los quería y lo orgullosa que estaba de ellos.

Un día, Teacher Dubby llevó a sus alumnos a una aventura mágica. Los llevó a un lugar lleno de colores y amor, donde cada uno de ellos podría vivir una experiencia especial. Rose encontró un jardín encantado donde podía cuidar a sus muñecas y jugar a ser mamá. Ale encontró un valle lleno de dinosaurios donde podía vivir sus aventuras. Lucas encontró un espacio lleno de estrellas y planetas donde podía explorar el universo. Y Stefano encontró una ciudad llena de trenes bala que corrían a toda velocidad.

Teacher Dubby les dijo que siempre recordaran estas aventuras mágicas y que ella siempre estaría orgullosa de ellos, sin importar dónde fueran o qué hicieran. Los niños se sintieron muy felices y agradecidos por el amor de su maestra y prometieron que nunca la olvidarían.

Y así, aunque los niños se graduaron y se fueron a una nueva escuela, siempre llevaron en su corazón el amor y las enseñanzas de Teacher Dubby. Sabían que ella siempre estaría con ellos, apoyándolos y animándolos en cada paso de su camino.»

Cuando Teacher Dubby terminó de leer el cuento, los niños la miraron con ojos brillantes y sonrisas en sus rostros. Se levantaron y la abrazaron, sintiéndose agradecidos por todo el amor y cuidado que ella les había dado.

—Gracias, Teacher Dubby —dijo Rose, con lágrimas de alegría en sus ojos—. Nunca te olvidaremos.

—Siempre recordaré nuestras aventuras —añadió Ale, sosteniendo su dinosaurio favorito.

—Y yo seguiré explorando el espacio, pensando en ti —dijo Lucas, con una sonrisa soñadora.

—Y yo construiré los trenes más rápidos del mundo, gracias a ti —concluyó Stefano, lleno de determinación.

Teacher Dubby los abrazó con fuerza, sintiendo una mezcla de tristeza y felicidad. Sabía que había hecho una diferencia en las vidas de sus alumnos y que siempre llevarían su amor en sus corazones.

El día de la graduación llegó y los niños, vestidos con sus togas y birretes, se prepararon para recibir sus diplomas. Teacher Dubby miraba con orgullo desde el escenario mientras cada uno de sus alumnos subía a recoger su diploma. Aplaudió con fuerza y sonrió, sabiendo que aunque sus caminos se separaran, siempre estarían unidos por el amor y las enseñanzas que compartieron.

Y así, los niños se graduaron y se dirigieron a nuevas aventuras en su nueva escuela. Aunque el preschool quedó un poco más silencioso sin ellos, el amor y los recuerdos que dejaron atrás llenaron el corazón de Teacher Dubby de alegría. Sabía que siempre tendría un lugar especial en sus corazones y que ellos siempre tendrían un lugar especial en el suyo.

Y colorín colorado, este cuento ha terminado.