En un mundo donde la magia y los superpoderes eran una realidad, cinco amigos inseparables se embarcaron en la más grande de sus aventuras. Bryan, el mago; Ángel, el maestro de la teletransportación; Diego, el chico de la supervelocidad; Angie, la estratega y guía; y Maite, la chica invisible, decidieron explorar un lugar que todos temían: la Tierra de los No-Muertos.
El rumor de que en ese lugar habitaban los zombis había circulado durante años, pero nadie había osado adentrarse para confirmarlo. Armados con valentía y sus habilidades únicas, los cinco amigos cruzaron el umbral que separaba su mundo del temido territorio.
Nada más llegar, se dieron cuenta de que la Tierra de los No-Muertos era muy diferente a todo lo que habían visto antes. El cielo estaba permanentemente nublado, dando al lugar una eterna penumbra. Los árboles eran altos y retorcidos, y un silencio sepulcral reinaba en el ambiente.
Bryan, con su varita mágica, creó una esfera de luz para iluminar su camino. Ángel, siempre alerta, se mantenía listo para teletransportar al grupo en caso de peligro. Diego, con sus reflejos ultrarrápidos, lideraba la marcha. Angie, con un mapa antiguo y una brújula, se encargaba de guiarlos por el camino correcto. Y Maite, casi invisible, se deslizaba silenciosamente entre las sombras, vigilando cualquier movimiento.
No pasó mucho tiempo antes de que se encontraran con su primer grupo de zombis. Estas criaturas, de aspecto desaliñado y movimientos torpes, se abalanzaron sobre ellos con un gruñido escalofriante. Pero los cinco amigos estaban preparados. Bryan conjuró hechizos que aturdieron a los zombis, mientras Diego corría a una velocidad vertiginosa, desorientándolos. Ángel teletransportó a algunos lejos, y Maite, aprovechando su invisibilidad, los sorprendió por detrás.
Angie, mientras tanto, descubrió algo sorprendente: los zombis parecían reaccionar a un objeto específico en su mochila. Era una antigua reliquia que Angie había traído consigo, pensando que podría ser útil. Al mostrarla, los zombis se detuvieron, como si estuvieran hipnotizados por ella.
Con esta nueva información, los amigos desarrollaron un plan. Decidieron adentrarse más en la Tierra de los No-Muertos, buscando el origen de estos seres. A medida que avanzaban, se encontraron con desafíos cada vez mayores, pero su amistad y habilidades combinadas les permitieron superar cada obstáculo.
Finalmente, llegaron a una antigua cripta en el corazón de la tierra maldita. Allí descubrieron que los zombis eran en realidad almas atrapadas, condenadas a vagar por la eternidad debido a una maldición lanzada por un poderoso brujo. La reliquia que Angie llevaba era la clave para romper la maldición.
Con la ayuda de Bryan y sus poderes mágicos, junto con el coraje y la inteligencia del resto del grupo, lograron realizar un ritual para liberar a las almas atrapadas. A medida que la maldición se rompía, los zombis se transformaban en espíritus luminosos, agradeciendo a los niños antes de partir hacia el más allá.
Al regresar a su mundo, los cinco amigos se sintieron orgullosos de su logro. Habían salvado innumerables almas y habían desentrañado uno de los mayores misterios de su mundo. Su viaje a la Tierra de los No-Muertos no solo había sido una aventura emocionante, sino también una lección sobre el valor de la amistad, el coraje y la compasión.
Desde ese día, las historias de Bryan, Ángel, Diego, Angie y Maite se contaron en todas partes, inspirando a otras personas a creer en lo imposible y a luchar por lo justo, sin importar los desafíos que se presenten.
Fin
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.