Buenos días, me llamo Raúl. Soy el nieto de mi abuelo Luis y mi abuela Petra. En este día tan especial, que es su aniversario, quiero contarles una historia sobre ellos, una historia que siempre me ayuda a dormir y soñar con aventuras y amor.
Hace muchos años, en una pequeña aldea rodeada de montañas y ríos, vivían Luis y Petra. Eran conocidos por todos como una pareja muy amorosa y generosa. Luis era un hombre sabio y amable que siempre tenía una historia que contar. Petra era una mujer cariñosa y llena de energía que hacía las mejores galletas de la región. Juntos, formaban un dúo inseparable que irradiaba felicidad.
Cada noche, después de un largo día de trabajo en el campo y de ayudar a sus vecinos, Luis y Petra se sentaban en su sillón favorito, bajo la luz tenue de una lámpara antigua, y compartían historias. Estas historias eran mágicas, llenas de aventuras, criaturas fantásticas y enseñanzas que quedaban grabadas en el corazón de quienes las escuchaban.
Una noche, mientras la luna brillaba intensamente en el cielo, Luis y Petra decidieron contar una historia especial. «Esta historia,» dijo Luis con una sonrisa, «es sobre el viaje más maravilloso que hemos tenido.» Petra asintió y comenzó a relatar.
«Todo comenzó una noche como esta, cuando recibimos una visita inesperada. Un pequeño búho blanco apareció en nuestra ventana con una carta en su pico. La carta nos invitaba a un lugar llamado el Valle de los Sueños. Decía que solo aquellos con un corazón puro podían encontrarlo. Intrigados, decidimos seguir las indicaciones del búho y comenzar nuestra aventura.
El viaje al Valle de los Sueños no fue fácil. Tuvimos que cruzar bosques oscuros y ríos turbulentos. Pero a cada paso, encontrábamos pistas dejadas por el búho que nos guiaban en la dirección correcta. Luis, con su intuición y sabiduría, siempre sabía qué camino tomar, y Petra, con su valentía y determinación, nunca dejó que los obstáculos los detuvieran.
Finalmente, después de muchas semanas de viaje, llegamos al Valle de los Sueños. Era un lugar increíble, lleno de colores y sonidos que nunca habíamos visto ni oído antes. Los árboles brillaban con luces doradas, y el aire estaba perfumado con el aroma de flores exóticas. En el centro del valle, había un lago cristalino que reflejaba las estrellas del cielo.
En el lago, vimos algo extraordinario. Había pequeños barcos hechos de hojas flotando suavemente en el agua. Nos acercamos y descubrimos que cada barco contenía un sueño. Algunos sueños eran sobre aventuras, otros sobre amor y amistad. Había incluso sueños sobre futuros posibles y deseos secretos.
Mientras estábamos allí, el búho blanco volvió a aparecer. ‘El Valle de los Sueños es un lugar donde los corazones puros pueden encontrar la paz y la inspiración,’ nos dijo el búho. ‘Pero hay una misión especial para ustedes. Deben llevar uno de estos sueños de vuelta a su hogar y compartirlo con los demás.’
Luis y yo elegimos un sueño sobre la bondad y la generosidad. Sabíamos que este sueño era perfecto para nuestra pequeña aldea, donde la gente siempre estaba dispuesta a ayudarse unos a otros. Con cuidado, llevamos el barco de hojas a casa, asegurándonos de protegerlo durante todo el viaje.
Cuando llegamos a casa, reunimos a todos nuestros vecinos y les contamos sobre el Valle de los Sueños. Les mostramos el barco de hojas y les explicamos la importancia de la bondad y la generosidad. Desde ese día, nuestra aldea cambió para siempre. La gente comenzó a ayudarse más, a ser más comprensiva y a trabajar junta para hacer de nuestro hogar un lugar aún mejor.
Y así, Luis y yo vivimos muchas más aventuras, siempre recordando la lección del Valle de los Sueños: que los sueños pueden hacerse realidad cuando se comparten con amor y generosidad.'»
Raúl escuchó con atención, sus ojos brillando con admiración. «Abuelos,» dijo suavemente, «su historia es increíble. Me hace sentir que todo es posible si creemos en nosotros mismos y en los demás.»
Luis y Petra sonrieron, abrazando a su nieto. «Raúl,» dijo Luis, «siempre recuerda que los sueños no solo son para cuando dormimos. Están ahí para guiarnos y darnos esperanza. Nunca dejes de soñar y siempre comparte tu bondad con el mundo.»
Petra añadió, «Y nunca olvides que no importa cuán grande o pequeño sea el sueño, cada uno tiene el poder de hacer una diferencia en la vida de alguien.»
Esa noche, Raúl se fue a la cama con una sonrisa en su rostro, sintiéndose más cerca que nunca de sus abuelos y de los sueños que ellos le habían enseñado a valorar. Mientras cerraba los ojos, imaginó el Valle de los Sueños y todos los maravillosos barcos de hojas flotando en el lago. Y así, con el corazón lleno de amor y esperanza, se quedó dormido, listo para soñar sus propias aventuras y compartirlas con el mundo.
Y colorín, colorado, este cuento para dormir ha terminado.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.