Cuentos de Terror

El Hechizo del Olvido

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 7 minutos

Español

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En un pequeño pueblo rodeado por un bosque espeso y misterioso, vivían dos amigas inseparables, Tokio y Paula. Ambas de 16 años, compartían un lazo inquebrantable desde los 3 años. Eran conocidas por su curiosidad y amor por la aventura, siempre buscando nuevos misterios que resolver en su tranquilo pueblo.

Un día de otoño, mientras exploraban cerca de la casa de Tokio, descubrieron un camino oculto que conducía a una casa abandonada, envuelta en enredaderas y secretos. La casa, desgastada por el tiempo, emanaba una atmósfera escalofriante que desalentaba a los visitantes. Pero Tokio y Paula, impulsadas por su intrépida naturaleza, decidieron investigar.

Al entrar, encontraron una habitación cubierta de polvo, con un viejo cofre en el centro. Dentro del cofre, yacía un antiguo libro de hechizos y un extraño amuleto. Al tocar el amuleto, una neblina oscura surgió, envolviéndolas en un aura siniestra. Sin saberlo, habían desatado un hechizo antiguo que las maldijo.

Desde ese día, cosas extrañas comenzaron a suceder. La gente del pueblo empezó a olvidar quiénes eran Tokio y Paula. Sus familias, amigos, incluso ellas mismas empezaron a perder los recuerdos de su amistad. Desesperadas, las chicas buscaron en el libro de hechizos una forma de romper la maldición.

La única solución era un hechizo de gran riesgo, que requería ingredientes raros y un eclipse lunar. Decididas a recuperar sus vidas, emprendieron un viaje para recolectar los elementos necesarios: una pluma de un cuervo albino, una lágrima de sirena y el pétalo de una rosa negra.

Su primera parada fue el Bosque de los Susurros, hogar del cuervo albino. La búsqueda fue ardua, pues el cuervo era esquivo y misterioso. Finalmente, tras demostrar su respeto por el bosque, el cuervo les obsequió una de sus plumas.

Luego, viajaron al Lago de las Lágrimas, donde habitaban las sirenas. Paula, con su dulce voz, entonó una canción de amistad que conmovió a una joven sirena, quien compartió una lágrima al comprender su dolor.

La búsqueda del último ingrediente las llevó al Jardín de la Noche, un lugar legendario que solo aparecía durante la luna nueva. Allí, entre espinas y sombras, encontraron la rosa negra, custodiada por un espíritu antiguo que desafió su valor y determinación.

Con todos los ingredientes, regresaron justo para el eclipse lunar. Prepararon el hechizo en la casa abandonada, donde todo había comenzado. El ritual era complejo, y el eclipse ofrecía una ventana corta de tiempo. Justo cuando el eclipse alcanzó su punto máximo, completaron el hechizo. Una luz cegadora las envolvió, y el hechizo se activó.

Al despertar, encontraron el libro y el amuleto convertidos en cenizas. Confundidas, salieron de la casa. Para su sorpresa y alegría, las personas del pueblo las reconocieron. El hechizo se había roto, pero con una consecuencia inesperada: Tokio y Paula habían olvidado sus propias aventuras juntas, aunque el pueblo las recordaba como heroínas.

Con el tiempo, sus recuerdos no regresaron, pero la amistad entre Tokio y Paula se mantuvo fuerte. Aunque no recordaban sus aventuras pasadas, cada día construían nuevas memorias, enfrentando juntas los misterios de la vida. Su amistad demostró ser más fuerte que cualquier hechizo, sobreviviendo incluso al olvido.

Tras romper el hechizo, Tokio y Paula se encontraron en un mundo familiar pero desconocido. Aunque el pueblo las recordaba como heroínas, ellas no tenían recuerdos de sus valientes hazañas. Pero su amistad era inquebrantable, y juntas decidieron empezar de nuevo, creando nuevas aventuras y forjando recuerdos imborrables.

Un día, mientras caminaban por el mercado del pueblo, un anciano se les acercó. «Ustedes son las chicas que salvaron nuestro pueblo, ¿verdad? Tengo algo para ustedes», dijo con una voz temblorosa. Les entregó un pequeño cofre de madera, tallado con símbolos místicos. «Este cofre pertenecía a mi bisabuela, una poderosa hechicera. Creo que les pertenece».

Al abrir el cofre, encontraron un conjunto de amuletos brillantes y un pergamino antiguo. El pergamino revelaba que los amuletos eran llaves para acceder a distintos reinos mágicos. Cada reino ofrecía desafíos y enseñanzas únicas. Intrigadas por la promesa de aventuras y secretos por descubrir, Tokio y Paula decidieron embarcarse en una nueva travesía.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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