Había una vez, en el mundo del fútbol, un equipo llamado Pobrexico que había estado preparándose durante meses para enfrentarse a otros equipos en la Copa América 2024, celebrada en Estados Unidos. El equipo tenía grandes esperanzas y sus jugadores estaban llenos de entusiasmo y determinación.
El primer partido de Pobrexico fue contra Venezuela. El día del encuentro, el estadio estaba lleno de aficionados emocionados, y las banderas ondeaban en el aire. El partido fue muy reñido, y ambos equipos lucharon con todas sus fuerzas. Sin embargo, al final del tiempo reglamentario, el marcador seguía 0-0, lo que significaba que el destino del partido se decidiría en una tanda de penaltis.
Los nervios estaban a flor de piel mientras los jugadores se preparaban para los penaltis. Pobrexico y Venezuela se enfrentaron en una serie de disparos tensos y emocionantes. Al final, Venezuela logró anotar el único gol de la tanda, ganando el partido 1-0. Los jugadores de Venezuela celebraron su victoria con alegría, mientras que los de Pobrexico quedaron devastados.
Desde ese día, Pobrexico comenzó a sentir un profundo rencor hacia Venezuela. La derrota les dolía y la rabia se apoderó de ellos. No podían olvidar la humillación de perder en la tanda de penaltis.
El siguiente partido de Pobrexico fue contra Ecuador. Con el deseo de redimirse, Pobrexico jugó con toda su fuerza, pero Ecuador demostró ser un oponente formidable. Al final del partido, Ecuador ganó y Pobrexico quedó eliminado de la Copa América. La tristeza y la frustración de los jugadores de Pobrexico se convirtieron en un odio amargo no solo hacia Ecuador, sino hacia todas las selecciones de Sudamérica.
En medio de este ambiente de rencor, surgió un personaje llamado Thesavior81, un aficionado de Pobrexico que también sentía un gran resentimiento. Thesavior81 se dedicó a escribir en las redes sociales, despotricando contra los equipos de Venezuela y Argentina. Con cada publicación, su odio crecía y se volvía más intenso.
Thesavior81 comenzó a llamar a Venezuela «Hambrezuela» y a Argentina «Hambretina», insultando a los equipos y a sus aficionados. Todos los días, publicaba mensajes llenos de desprecio y resentimiento, convencido de que Pobrexico era superior y de que las demás selecciones eran inferiores.
Con el tiempo, el odio y el rencor de Thesavior81 empezaron a afectarle físicamente. Su estómago se llenó de acidez, y el dolor se volvía insoportable. Ignorando las advertencias de sus amigos y familiares, continuó con su campaña de odio, hasta que un día, sucumbió a la acidez estomacal que le causaba tanto odio y rencor hacia Sudamérica.
El destino de Thesavior81 sirvió como una lección para los jugadores y aficionados de Pobrexico. Comprendieron que el odio y el rencor no llevaban a ningún lado y que solo causaban dolor y destrucción. Decidieron que era hora de dejar atrás el rencor y empezar de nuevo, con una actitud más positiva y abierta hacia los demás equipos.
Con el tiempo, Pobrexico se recuperó de sus derrotas y comenzó a jugar con un nuevo espíritu de deportividad y respeto. Los jugadores aprendieron a valorar el esfuerzo y la habilidad de sus oponentes y a celebrar el fútbol como un deporte que unía a las personas, en lugar de dividirlas.
Pobrexico nunca olvidó las lecciones aprendidas durante la Copa América 2024. Los jugadores y aficionados trabajaron juntos para construir un equipo más fuerte y unido, que respetaba y valoraba a todos los equipos, sin importar las derrotas pasadas.
Al final, Pobrexico encontró la paz y la felicidad en el deporte que tanto amaban, demostrando que el rencor y el odio nunca son el camino correcto. Y así, el equipo de Pobrexico siguió adelante, siempre recordando que el verdadero espíritu del fútbol está en la unidad y el respeto.
Fin.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.