Cuentos de Terror

La Casa de los Secretos Olvidados

Lectura para 11 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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En un pequeño pueblo, rodeado de colinas y bosques, había una casa antigua conocida por todos como la «Casa de los Secretos Olvidados». Se decía que en su interior habitaban espíritus y misterios insondables.

Andrea Villao, una chica valiente y curiosa; Luiggi, su hermano menor, siempre con su cámara en mano; Carlos, el mejor amigo de Andrea, amante de la historia y las leyendas; Génesis, la vecina nueva, llena de entusiasmo y ganas de explorar; y Andrea Vargas, una experta en mitos y misterios, decidieron una tarde de octubre adentrarse en la casa para descubrir sus secretos.

La casa, con sus paredes desgastadas y su jardín cubierto de hojas secas, parecía susurrar historias del pasado. Los cinco amigos, con linternas en mano, cruzaron la puerta principal, que chirrió al abrirse, como si se quejara por la intrusión. El interior estaba cubierto de polvo y telarañas, y cada paso hacía crujir el suelo de madera.

Exploraron la planta baja, encontrando viejos muebles cubiertos por sábanas blancas y retratos descoloridos en las paredes. Luiggi, siempre atento, capturaba cada detalle con su cámara. Carlos, fascinado por cada objeto antiguo, imaginaba las historias detrás de ellos. Génesis, aunque algo nerviosa, no quería parecer asustada frente a los demás. Las dos Andreas, liderando el grupo, decidieron subir al segundo piso.

En el segundo piso, un frío inexplicable les recorrió la piel. Las habitaciones parecían intactas, como si sus ocupantes hubieran salido un momento y pronto regresarían. En una de las habitaciones, encontraron un diario antiguo. Andrea Vargas, con sus conocimientos sobre lo paranormal, sugirió leerlo para entender más sobre la casa.

El diario pertenecía a una mujer llamada Elisa, quien vivió en la casa hace más de cien años. En sus páginas, Elisa escribía sobre su vida cotidiana, pero también sobre extraños sucesos y sombras que veía en los rincones de la casa. Cuanto más leían, más pesada se volvía la atmósfera, y un sentimiento de angustia se apoderaba de ellos.

De repente, un ruido fuerte vino del final del pasillo. Luces parpadeantes y sombras en movimiento llamaron su atención. Con cautela, se acercaron a la habitación de donde provenían los sonidos. Al abrir la puerta, vieron una figura oscura en el centro de la habitación. Su presencia era opresiva y terrorífica. Era un demonio, con ojos brillantes y una sonrisa burlona.

El miedo los paralizó por un momento, pero Andrea Villao, recordando las palabras de valentía de su abuelo, tomó la delantera. «No podemos dejar que el miedo nos controle», dijo con voz temblorosa pero firme. El grupo, unido por la valentía de Andrea, decidió enfrentar al demonio.

Luiggi, superando su miedo, comenzó a tomar fotos, creyendo que de alguna manera podría capturar la esencia del ser y debilitarlo. Carlos, recordando las leyendas del pueblo, comenzó a recitar un antiguo conjuro que había leído en uno de sus libros. Génesis, con una mezcla de miedo y asombro, se mantuvo firme junto a sus amigos. Andrea Vargas, utilizando su conocimiento sobre lo sobrenatural, comenzó a dibujar símbolos protectores en el suelo.

El demonio, viendo la determinación en los ojos de los jóvenes, comenzó a retroceder. Su figura se disipó lentamente, como si la fuerza de voluntad y el coraje de los amigos lo estuvieran disolviendo. Al desaparecer completamente, un suspiro de alivio recorrió la habitación.

Los cinco amigos, agotados pero triunfantes, se abrazaron. Habían enfrentado sus miedos y habían salido victoriosos. Decidieron salir de la casa, no sin antes tomar el diario de Elisa como recuerdo de su aventura. Al cruzar el umbral de la puerta, prometieron nunca olvidar lo que habían vivido esa noche.

Mientras caminaban de regreso a casa, reflexionaron sobre la experiencia. Habían aprendido que el valor no significa no tener miedo, sino enfrentarlo. También comprendieron que la unión y la amistad son poderosas frente a cualquier adversidad. La casa, una vez un lugar de misterios y temores, ahora era un símbolo de su coraje y amistad.

La historia de los cinco amigos y la Casa de los Secretos Olvidados se convirtió en una leyenda en el pueblo, recordándoles a todos que incluso en los lugares más oscuros, la luz de la valentía y la amistad siempre puede brillar.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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