En el colorido pueblo de Los Roque, vivían cinco amigos: Ulises, Geovanny, Ana Brenda, Sandy y Yeudiel. El pueblo tenía una leyenda muy especial que los niños escuchaban con asombro cada año, en la noche del 1 de noviembre.
Según la leyenda, hacía mucho tiempo, una mamá muy cariñosa dejó un regalo especial en el centro de salud. Desde entonces, cada 1 de noviembre, las personas del pueblo dejaban veladoras encendidas en recuerdo de ese regalo de amor.
Esa noche, Ulises, Geovanny, Ana Brenda, Sandy y Yeudiel decidieron juntarse para ver las veladoras. Las luces de las veladoras creaban sombras danzantes, y los niños jugaban a imaginar historias divertidas y aventuras mágicas.
Mientras jugaban, descubrieron pequeñas huellas en el suelo. Emocionados, los cinco amigos siguieron las huellas pensando en descubrir un misterio divertido, quizás un animal escondido o un tesoro.
Su búsqueda los llevó por todo el pueblo, descubriendo rincones secretos y compartiendo risas. Aunque nunca descubrieron de dónde venían las huellas, disfrutaron de una noche llena de magia y amistad.
Conclusión:
Al llegar la mañana, los amigos estaban llenos de alegría. Habían compartido momentos mágicos y habían aprendido que las leyendas pueden ser divertidas y llenas de misterio. La leyenda de Los Roque se convirtió en un recuerdo especial de una noche inolvidable de aventuras y amistad.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.