Cuentos de Fantasía

El Gran Viaje de Puma y sus Amigos

Lectura para 2 años

Tiempo de lectura: 2 minutos

Español

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Había una vez, en un bosque lleno de colores brillantes y árboles que cantaban al viento, un pequeño puma llamado Puma. Era muy curioso y siempre quería explorar lo que había más allá del lugar donde vivía. A su lado, siempre estaba su mejor amigo, Pepe, un pequeño y travieso animalito que siempre estaba saltando de un lado a otro, lleno de energía.

Una mañana, Puma y Pepe estaban jugando cerca de la gran roca del bosque cuando escucharon un suave susurro. «Puma, Pepe, venid aquí», decía una voz dulce. Al acercarse, encontraron a su mamá, a quien llamaban cariñosamente «Mama». Ella les sonrió y les mostró algo muy especial: un viejo mapa que parecía brillar con una luz mágica. «Este es el Mapa del Bosque Encantado», explicó Mama, «y os guiará a un lugar muy especial si seguís sus caminos».

Puma y Pepe abrieron los ojos de par en par, emocionados por la aventura. «¡Vamos a descubrir qué hay en el mapa!», exclamó Puma, saltando de alegría. Pepe también empezó a dar saltitos, encantado con la idea de una nueva aventura. Mamá, con su voz suave, les dijo: «Recuerden, el bosque está lleno de sorpresas, pero también de amigos que los ayudarán si se pierden».

El mapa comenzó a flotar en el aire frente a ellos, moviéndose suavemente como si quisiera guiarles. «¡Mira, Pepe! El mapa está vivo», dijo Puma, asombrado. Decidieron seguirlo y pronto se adentraron en el Bosque Encantado.

El bosque estaba lleno de árboles altos con hojas que brillaban como estrellas y flores que se abrían al compás del viento. Mientras caminaban, el mapa los llevó a un lugar mágico donde los árboles parecían moverse suavemente, como si bailaran. Y en medio de esos árboles encontraron a un amigo muy especial: Palo.

Palo era un árbol muy alto, pero no era como los demás. Tenía brazos y piernas, y una gran sonrisa en su rostro. «Hola, pequeños exploradores», les dijo con una voz profunda y amable. «He estado esperando que llegaran. El bosque es grande y a veces confuso, pero yo estoy aquí para ayudarlos en su camino».

Puma y Pepe estaban encantados de conocer a Palo. Le contaron todo sobre el mapa mágico que flotaba frente a ellos. «Ah, el Mapa del Bosque Encantado», dijo Palo. «Es muy sabio y solo guía a aquellos que tienen un buen corazón. Pero cuidado, hay que escuchar bien lo que dice el mapa para no perderse».

Con la ayuda de Palo, siguieron avanzando. Pasaron por ríos que cantaban, colinas llenas de flores de todos los colores y un cielo tan azul que parecía pintado por un artista. Cada paso era una nueva sorpresa. Pero de repente, el mapa comenzó a brillar intensamente y luego se detuvo. «¡Oh, parece que estamos cerca de algo especial!», exclamó Pepe, emocionado.

Y efectivamente, frente a ellos, apareció una enorme cueva. Pero no era una cueva oscura ni aterradora. En su interior había luces que brillaban suavemente, como si el cielo estrellado viviera dentro de ella. Puma y Pepe miraron con asombro, y Palo los animó a entrar.

Dentro de la cueva, se encontraron con algo que no esperaban. ¡Había más mapas! Todos flotando y brillando como el suyo. «Estos mapas», explicó una voz suave, «son parte del gran secreto del bosque». Era Mapa, el mapa que los había estado guiando todo el tiempo. Pero ahora, Mapa se veía aún más mágico, con líneas doradas que recorrían todo su cuerpo.

Mapa les explicó que cada uno de esos mapas era especial y que estaba esperando a que otros animales valientes los encontraran. «Vosotros habéis sido muy valientes al seguirme hasta aquí», dijo Mapa, «y por eso quiero darles un regalo».

Con un suave movimiento, Mapa brilló aún más fuerte y, de repente, una pequeña estrella bajó del cielo de la cueva y se posó en las patas de Puma y Pepe. «Esta estrella los guiará siempre que necesiten ayuda. Siempre y cuando sigan su corazón, encontrarán el camino», dijo Mapa con una sonrisa cálida.

Puma y Pepe estaban maravillados. Sabían que habían encontrado algo muy especial, algo que nunca olvidarían. Agradecieron a Mapa y a Palo por toda su ayuda y, con la pequeña estrella en sus patas, comenzaron el camino de regreso a casa.

El bosque ya no parecía tan grande ni tan misterioso. Ahora, con la estrella brillando suavemente a su lado, Puma y Pepe sabían que siempre estarían seguros, sin importar cuántas aventuras vivieran. Cuando finalmente llegaron a casa, Mama los estaba esperando con los brazos abiertos.

«¿Cómo les fue?», preguntó Mama, aunque ya sabía que había sido un viaje especial. «¡Fue increíble, Mama!», dijo Puma. «Conocimos a Palo, un árbol que camina, y Mapa nos dio una estrella mágica».

Mama sonrió y abrazó a sus pequeños aventureros. «Siempre supe que serían grandes exploradores», les dijo con ternura.

Desde ese día, Puma, Pepe y su estrella mágica siguieron viviendo muchas más aventuras en el Bosque Encantado. Siempre guiados por el amor y la curiosidad, descubrieron que el mundo estaba lleno de magia y amigos que los acompañarían en cada paso.

Conclusión:

Puma y Pepe aprendieron que el verdadero secreto del bosque no estaba solo en los mapas mágicos, sino en el valor de seguir adelante, de confiar en sus amigos y de escuchar siempre al corazón. Así, su aventura en el Bosque Encantado nunca terminó, porque cada día había algo nuevo por descubrir, siempre con una sonrisa y un amigo al lado.

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Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.

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