Era un frío atardecer de octubre. Judith, Erick y Marian, tres amigos inseparables, decidieron aventurarse en el Bosque de las Sombras Eternas, un lugar que la mayoría de los habitantes del pueblo evitaba debido a las historias que sobre él circulaban.
Erick, el más osado de los tres, propuso el desafío: llegar hasta el viejo roble en el centro del bosque y volver antes de que cayera la noche. Marian, aunque algo escéptica, aceptó, mientras que Judith, siempre curiosa, no quiso quedarse con la duda de si las historias eran ciertas o no.
Al entrar al bosque, notaron cómo la atmósfera se volvía más densa y fría. Los árboles, altos y retorcidos, parecían susurrar entre ellos mientras el viento soplaba entre sus hojas.
Mientras avanzaban, Erick comenzó a sentir que algo los seguía. Al voltear, divisó una sombra que desaparecía rápidamente detrás de un árbol. «¿Vieron eso?» Preguntó nervioso. Judith y Marian asintieron con la cabeza, igual de asustadas.
De repente, las sombras del bosque comenzaron a moverse independientemente de la luz. Parecían tener vida propia y rodeaban a los tres amigos, susurrando palabras ininteligibles. El miedo se apoderó de ellos, pero en lugar de correr en direcciones opuestas, unieron fuerzas y se mantuvieron juntos, formando un círculo y tomándose de las manos.
La oscuridad se intensificó y las sombras intentaron acercarse más. Judith, recordando una antigua canción que su abuela solía cantar, comenzó a entonarla con voz temblorosa. Marian y Erick se unieron a ella, y la melodía resonó en el bosque.
Para su sorpresa, las sombras comenzaron a retroceder. Una a una, desaparecían mientras la canción llenaba el aire. Poco después, el bosque recuperó su serenidad y las sombras se esfumaron por completo.
Aliviados, los tres amigos se abrazaron y prometieron nunca más aventurarse en el Bosque de las Sombras Eternas sin estar preparados.
Conclusión:
La valentía y la unión pueden superar los miedos más profundos. Judith, Erick y Marian aprendieron que, juntos, son más fuertes, y que la oscuridad no puede prevalecer cuando hay luz en los corazones.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.