Había una vez, en un pequeño pueblo lleno de flores y risas, una niña llamada Olivia. Olivia era una niña muy curiosa y siempre estaba buscando nuevas aventuras. Tenía el cabello rizado y castaño, y sus ojos brillaban con la chispa de la imaginación. Olivia vivía con sus padres en una casa acogedora, pero había algo que siempre la emocionaba: las historias sobre un mágico teatro en la ciudad.
Un día, Olivia escuchó a sus padres hablar sobre una obra especial que se presentaría en el famoso Teatro Mágico, donde su amigo Zenón, un joven talentoso, sería el protagonista. Zenón era un chico alto con cabello negro y corto, siempre con una sonrisa amistosa en su rostro. Olivia y Zenón habían sido amigos desde pequeños, pero Zenón se había mudado a la ciudad para seguir su sueño de convertirse en actor. Aunque estaban lejos, siempre se mantenían en contacto y Olivia sentía un gran cariño por él.
Olivia decidió que no podía perderse la oportunidad de ver a Zenón actuar en el teatro. Con gran emoción, le pidió a sus padres permiso para viajar a la ciudad. Sus padres, conmovidos por su entusiasmo, acordaron y compraron un boleto de avión para ella. Olivia nunca había viajado en avión antes, así que la idea de volar la llenaba de emoción y un poquito de nervios.
El día del viaje, Olivia se despertó temprano, llena de energía. Empacó una pequeña maleta con sus cosas favoritas: su peluche preferido, un libro de cuentos y un cuaderno de dibujo. Sus padres la acompañaron al aeropuerto y, después de un emotivo adiós, Olivia subió al avión. El despegue fue suave y, mientras el avión se elevaba, Olivia miraba por la ventana maravillada por las nubes y el cielo azul.
El vuelo fue corto, pero para Olivia fue toda una aventura. Al aterrizar en la ciudad, una brisa fresca la recibió y ella sintió que estaba a punto de vivir una experiencia inolvidable. Tomó un taxi hasta el centro de la ciudad, donde se encontraba el famoso Teatro Mágico. El teatro era un edificio antiguo y majestuoso, con grandes columnas y luces brillantes que anunciaban la obra de la noche.
Olivia bajó del taxi y, con el corazón latiendo rápido, se dirigió a la taquilla para recoger su boleto. El teatro estaba lleno de gente, todos emocionados por la presentación. Olivia encontró su asiento, justo en la primera fila, donde podía ver perfectamente el escenario. Las luces se atenuaron y el telón comenzó a levantarse, revelando un escenario lleno de colores y decoraciones mágicas.
La obra comenzó y Olivia vio a Zenón aparecer en el escenario. Él estaba increíble, vestido con un elegante traje azul que resaltaba su presencia. Zenón interpretó su papel con tanta pasión y habilidad que Olivia no podía apartar la mirada. La historia de la obra era encantadora, llena de aventuras y personajes mágicos que capturaban la imaginación de todos los espectadores.
Durante el intermedio, Olivia no pudo contener su emoción y decidió buscar a Zenón entre bastidores. Con la ayuda de un amable miembro del personal del teatro, logró encontrar a su amigo. Zenón se sorprendió y se alegró mucho al ver a Olivia. Se abrazaron con fuerza y Zenón le agradeció por venir desde tan lejos para verlo. Olivia le contó lo maravillada que estaba con su actuación y lo orgullosa que se sentía de él.
Después del intermedio, la obra continuó y llegó a su emocionante final. Los aplausos llenaron el teatro y Olivia aplaudió con todas sus fuerzas, sintiéndose inmensamente feliz. Cuando la función terminó, Zenón invitó a Olivia a una cena especial para celebrar. Fueron a un pequeño restaurante cerca del teatro, donde compartieron historias y risas hasta tarde.
Esa noche, Olivia regresó a su hotel con una sensación de felicidad y satisfacción. Sabía que había vivido un día que recordaría para siempre. Antes de dormir, escribió en su cuaderno de dibujo sobre su increíble aventura y dibujó a Zenón en el escenario, rodeado de luces y magia.
Al día siguiente, Olivia tomó el avión de regreso a casa, llevando consigo recuerdos inolvidables y el corazón lleno de alegría. Al llegar, sus padres la recibieron con abrazos y ella les contó con gran entusiasmo cada detalle de su viaje.
Desde entonces, Olivia y Zenón siguieron siendo amigos cercanos, a pesar de la distancia. Olivia continuó apoyando a Zenón en todas sus obras y aventuras, y Zenón nunca olvidó la sorpresa y el apoyo de su querida amiga en su noche más importante.
Y así, cada vez que Olivia recordaba su viaje al Teatro Mágico, una cálida sonrisa aparecía en su rostro, sabiendo que la amistad y la magia siempre estarían presentes en sus vidas.
Fin.
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Autor del Cuento
Soy Francisco J., apasionado de las historias y, lo más importante, padre de un pequeño. Durante el emocionante viaje de enseñar a mi hijo a leer, descubrí un pequeño secreto: cuando las historias incluyen a amigos, familiares o lugares conocidos, la magia realmente sucede. La conexión emocional con el cuento motiva a los niños a sumergirse más profundamente en las palabras y a descubrir el maravilloso mundo de la lectura. Saber más de mí.